Nuestra familia bajó el alto repartida en dos balsas, en la mía iba de guía Chava con quién tuvimos una excelente experiencia, fue muy amable y cordial, nos entregó la confianza necesaria para la travesía, en definitiva fue totalmente profesional en su servicio.En la otra balsa iba "Pato" de guía y el cuento fue muy diferente. Una persona que en todo momento tuvo una actitud desafiante y falta de respeto, para él una consulta es sinónimo de burla, cosa que hizo en repetidas ocasiones, sus tratos eran de retos o correcciones con una actitud negativa y burlesca, teniendo pocas o nulas habilidades sociales y blandas como aspecto mínimo en el trato con personas.Por otra parte comenzó hablar del peso de otra persona que iba en la otra balsa, expresando discriminación y fijación, además de menosprecio, buscando constantemente que todos fuésemos pendientes de la persona que iba en la otra balsa, aludiendo constantemente que era un problema o un tema para él, quejándose e indicando que "en otras agencias seguro no le permitirán subir", nadie le pregunto, a nadie le importaba, al contrario la actitud debió ser otra, inclusiva, de respeto y de solución para que todos disfrutaremos de la experiencia.Al hacerle saber que esto era incómodo y que no correspondía, este guía dispuso una actitud de respuesta grosera y contraria de toda actitud de respeto, contestando e indicando que él veía lo que hablaba o comentaba. Se le tuvo que indicar que se pagaba un servicio y que nadie quería ir escuchando sus comentarios sarcásticos y poco empáticos.Por otro aparte, este mismo guía PATO, fue hablando mal de sus colegas y compañeras de trabajo de la agencia de Pucón, indicando que "no servían para nada", o que "no saben lo que hacen y dicen cosas que no tienen nada que ver", expresando molestia y desagrado. Más aún se fue hablando sobre otros colegas guías de otros países que se habían dado vuelta en balsa y esto libremente lo asociaba a la nacionalidad de la persona, discriminando nuevamente a otras personas de diferente identidad cultural.Por cierto absolutamente nadie le importaba su conversación y era insistente. Sin duda fue una experiencia arruinada gracias a un guía con ningún respecto, consideración, mal trato, con cero amabilidad, poco empático y discriminador, que hizo que una hermosa experiencia se volviera en desagrado. No volvería a la agencia de Trancura nunca más solo por esta persona que arruinó nuestra experiencia.Por lo que alcanzamos a saber, este era el 4to reclamo que Pato tenía en el día.